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Proyecto Contract #11
FREDERIC HOMS BORN
(Spain)
EL PODER DE LA PALABRA
Allí donde en su día se levantaron los antiguos mercados medievales, entre callejuelas imprevisibles, estrechas y de difícil acceso para la luz del sol, se ubica en la actualidad una serie de comercios entre los que se encuentra la nueva tienda Frederic Homs. Un espacio amplio donde la intervención del arquitecto Xavier Claramunt se acompaña de una interesante propuesta gráfica, obra de Pep Valls. La tienda actúa como paso entre dos calles peatonales y apuesta por una gran potencia visual, a base de grandes letras luminosas que aportan identidad al local. Una vez en el interior, estas letras se encargan de establecer y ordenar el espacio destinado a la venta y comercialización.
Siguiendo la voluntad del promotor, la actuación es mínima. Se aumentan los huecos de las fachadas a las calles que la delimitan, comunicándolas y dejando que incluso con la tienda cerrada se puedan relacionar las dos calles. La estructura de vigueta metálica y vuelta catalana del techo se dejó al descubierto, pintándola de negro al igual que los pilares de fundición que apean el espacio. El pavimento existente de hormigón simplemente se saneó, se limpió de obstáculos, y se desarrolla sin solución de continuidad sobre uno de los muros laterales mediante un graffiti continuo de letras de grandes dimensiones. El otro lateral acoge los servicios y un pequeño almacén y, como acabado, se ha dejado a la vista la piedra del muro. De esta manera se diferencia entre los dos laterales y se acentúa la continuidad-graffiti del otro muro sobre el pavimento.
La ropa que se encuentra a la venta se expone en el suelo, sobre una especie de alfombras de metal que forman parte de unas estructuras tubulares que se pueden distribuir con libertad. El orden para la colocación de estas estructuras lo darán unas grandes letras luminosas cuya sombra desubicada bien podría ser el graffiti que recorre suelo y pared. Cada una de ellas está construida con una estructura tubular de acero, recubierta lateralmente por chapa de acero inoxidable con las soldaduras vistas, dejando las dos caras principales de cada letra para ser completadas con una plancha de metacrilato sobre la que se aplica un vinilo troquelado que le da el acabado final. Una de estas letras está montada sobre ruedas de alta resistencia para poder ser llevada hasta la fachada y asomar uno de sus lados a la calle. Como caídas de un cartel luminoso de grandes dimensiones, las letras son un reclamo al exterior a la vez que iluminan y ordenan el espacio interior.