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Diseño Interior #134
GARRIGA HOUSE
(Spain)
CASA GARRIGA EN BARCELONA
Xavier Claramunt y los arquitectos del estudio ADD+Arquitectura firman algunas de las propuestas más singulares que se levantan hoy en España. Todavía en la treintena, este grupo ha vivido la transformación de su ciudad, Barcelona, con escepticismo. La dureza de la situación profesional en la que les ha tocado iniciarse y la rigidez que achacaban a la mayoría de los trabajos de sus profesores en la Escuela los ha convertido en arquitectos sin estilo, que apuestan “por dejar de lado cualquier proyección individual sobre el diseño para que éste sea el producto de la atención a las necesidades del consumidor”. La falta de estilo de la que presumen asegura la sorpresa en cada una de sus propuestas. Claramunt y su equipo son, además de hijos académicos de tantos profesionales que cuestionan, ex alumnos de Enric Miralles, que, lejos de sembrar discípulos (aunque no pudiera evitar que afloraran inocentes imitadores) enseñaba a sus estudiantes a pensar. El grupo ADD piensa, curiosea, se plantea cada proyecto arquitectónico, cada interior, cada producto o cada trabajo de orfebrería como un laboratorio en el que la investigación permite derivar un sistema para resolver los problemas planteados.
Así, elementos aparentemente intrascendentes como un tubo o una pinza pueden generar la relectura de una tipología de objetos que deriva en una nueva forma. Se trata más de reinterpretar calidades que de revisar formas. Para ellos el análisis es un instrumento de trabajo que les permite afrontar cualquier escala. Así, su Archivo-Mirador en Vilafranca del Penedés es el resultado de replantearse el concepto de archivo alejándolo de la idea de contenedor horizontal para transformarlo en un depósito vertical susceptible de acoger un mirador. Similares revisiones protagonizaron el diseño de sus Casas-muro, la Casa Espiral o esta Casa-tubo, que responden a las condiciones topográficas donde se levantan.
Ubicada en una urbanización de Sant Cugat del Valles, muy cerca de Barcelona, la Casa Garriga es un tubo menudo, estrecho y largo con un desnivel a media planta que divide la finca en dos. La interior queda más alta y en ella se encuentran una piscina y un jardín que la casa comparte con una construcción colindante. La parte exterior, la de la fachada principal, es la más baja y por ella se accede a la vivienda. La idea que sustentó el proyecto, el tubo, pretendía coser exteriormente las dos partes de la casa sin evidenciar el zurcido. Así, una piel continua de mosaico blanco recubre toda la vivienda, desde la cubierta hasta las paredes, envolviendo la casa en una superficie fina de gresite que deja resbalar la luz y que permite cerrar las tapas con fibrocemento, un material que da textura y profundidad a los extremos de la cubierta. El elemento único que constituye la fachada-cubierta cubre, como un largo manto, los pilares y los forjados de la casa. El resto de materiales empleados en la vivienda combinan el aire povera de la chapa ondulada con el acabado perfeccionista de los remates de acero inoxidable mate. Las carpinterías metálicas, los acabados metálicos de barandillas y escaleras (ya en el interior), el vidrio y la aplicación del mosaico de gresite en baños y zonas de agua completan la lista de materiales. El pavimento combina el revestimiento cerámico en zonas de paso y cocina con un parqué de lama ancha de cerezo en las zonas de estar y dormitorios. El programa se organiza en cuatro alturas, reservando las inferiores para las zonas comunes -el desnivel se aprovecha para independizar el estar- y las superiores para las privadas.