Forats l Holes

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Magazine
On Diseño #215 FAD
STAND FORATS
(Spain)

FORATS / HOLES

Las construcciones feriales constituyen uno de los exponentes clásicos y representan i ‘os de las arquitecturas efímeras. En esta ocasión, se propone un acto comunicativo simple y directo, para cuya transmisión se recurre a uno de los soportes habituales en la comunicación publicitaria urbana, como es la valla publicitaria. La continuidad de este elemento y su definitiva conversión en cilindro permite desdoblar en dos secuencias el mecanismo comunicativo proyectado y ofrecer cierta intimidad al visitante que accede al interior de estos cilindros.

La propuesta debía integrarse en una convocatoria ferial que tenía lugar en las calles de la población barcelonesa de Esplugues de Llobregat; el emplazamiento concreto de la instalación era el cruce de la calle Ángel Guimerá, eje principal de la manifestación, con uno de los viales transversales, en una ubicación que cabía calificar de singular. El programa propuesto era extraordinariamente simple: se solicitaba explicar la propia ciudad, aquellos elementos, referencias y servicios de ella que ofrecieran mayor atractivo y hacerlas reconocibles, de forma fácil e inmediata, para los propios ciudadanos de Esplugues. Pensaren tiras de vallas publicitarias podía ser considerado, de antemano, un buen sistema para exponer mensajes de comunicación; la prolongada experiencia en la utilización de estos soportes parecían avalar su eficacia. Por otra parte, se pretendía concentrar la atención del espectador y provocar su participación activa en el acto comunicativo, lo que imponía la necesidad de aislarlo del frenético ambiente de la manifestación ferial.
Convertir las bandas longitudinales en círculos, pasar de la extensión a la introversión, ofrecía la concentración requerida para una mayor eficacia comunicativa y permitía, además, desdoblar el mensaje en dos secuencias claramente diferenciadas: preguntar y explicar, interior y exterior, facilitar determinadas agrupaciones o señalar hitos concretos. Como el acceso al interior del círculo propuesto ofrece la medida de la relación que se establece con el escenario urbano general, las pancartas curvadas se separan del pavimento para permitir bajo ellas el tránsito del ciudadano. No existe ningún tipo de orientaciones preferentes y el espectador puede acceder al interior del cilindro por cualquier punto de su perímetro exterior.
El stand queda constituido por tres grandes cilindros que se levantan sobre la rambla, en el centro mismo del ámbito ferial, dos de ellos totalmente abiertos, y el tercero cubierto. En los dos primeros, se establece un juego de mensajes, con una serie de preguntas en la lámina exterior que encuentran su respuesta en la interior, que impone al ciudadano la necesidad de intervenir, casi como una pieza más del stand. El interior, con las respuestas reflejadas en sus paramentos, lo recoge y lo aísla del exterior, pero tampoco le impone la participación, ya que es suficiente transitar para no acceder. El cilindro cubierto, más alto y estrecho que los dos anteriores, permite -gracias a su mayor altura – la proyección de un audiovisual desdoblado en tres niveles. Los dos cilindros abiertos potencian el tránsito, el vertical la parada y la observación. La estructura de los tres cilindros se apoya sobre un pavimento metálico que facilita la ordenación de las tres piezas; uno de los extremos de esta lámina horizontal se pliega para convertirse en mostrador. El grueso de la pared de los cilindros permite disponer en su interior las instalaciones lee nicas; tanto el sonido como la iluminación salen de estos interiores. De noche, la rambla se ilumina con estas tres singulares linternas, que parecen haber aterrizado en la ciudad como si de extraños artefactos procedentes de un lejano planeta se trataran.