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(Spain)
ENTREVISTA A XAVIER CLARAMUNT, ARQUITECTO Y RESPONSABLE DE EQUIP CLARAMUNT
Su estudio realiza obras arquitectónicas, proyectos de diseño de interiores, diseño de joyas, etc.
¿De qué forma se puede lograr un buen trabajo en cada especialidad?
La verdad es que iniciamos los proyectos de forma muy similar: sin complejos. Independientemente de su tamaño o de su tipología, no basamos siempre en la reinvención, el acercamiento a la gente y una proposición constante. Pero sobre todo sin ningún rubor ni vergüenza por enunciar una pregunta aparentemente improcedente o por trabajar en ámbitos a priori alejados del encargo final. De un desconchado en la pared puede surgir una pieza sanitaria, de los pasos de un baile la distribución de un hotel.
¿Considera que la formación de los profesionales del sector debe ser generalista o especializada?
Ha de ser generalista y ha de ser especializada. El arquitecto solo sobrevivirá como personaje capaz de aportar síntesis, que implica conocer ciertos detalles, dinámicas precisas, pero a la vez estar anclado en el mundo del bullicio y el desorden.
¿De qué forma se coordinan los profesionales del sector de la construcción (arquitectos, interioristas, aparejadores, jefes de obra, etc.) a la hora de realizar una proyecto?
La coordinación en el sector de la construcción es claramente lo que normalmente se llama una asignatura pendiente, cuando en realidad lo que sucede es que se ha cursado con machacona insistencia pero se ha dejado siempre para septiembre, momento en el que ineludiblemente se ha vuelto a suspender. Pero como esto no es un currículo académico siempre se acaba pasando de curso. Tiene que cambiar.
¿Cómo ha influido el diseño por ordenador al desarrollo de la arquitectura? ¿Cree que la oferta de formación continua es suficiente y adecuada a las nuevas necesidades?
Sí, ha influido, especialmente en la gestión de los proyectos, en los dibujos más técnicos. También ha influido en como se piensa cierta arquitectura, pero la realidad constructiva aun frena algunas propuestas generadas con herramientas informáticas. De todas maneras, y quizá relacionado con lo anterior, la informática se sigue utilizando de forma un tanto rudimentaria. Cuando se adquiere un grado suficiente, incluso elevado, de dominio del ordenador, la gente se acostumbra a estancar ahí. No sé si hay suficiente oferta de formación continua, pero lo que sí sé es que no es utilizada. ¿Quizá no es atractiva?
¿Considera que existe una buena coordinación entre las empresas que ofertan prácticas para estudiantes de arquitectura y las universidades? ¿Cuáles son las principales dificultades y facilidades con las que se ha encontrado su estudio?
En nuestro estudio prácticamente no hay estudiantes. La mayoría son arquitectos jovencísimos, eso sí, recién titulados. No tenemos demasiada experiencia en la relación entre la universidad y las empresas que ofrecen prácticas.
Actualmente, se ha puesto de moda el término “arquitectura sostenible”. ¿En qué consiste? ¿Cree que está teniendo presencia en la formación de los futuros arquitectos?
La sostenibilidad en arquitectura recoge el testigo del proyectar con sentido común. Lo que sucede es que ahora se tiene más información sobre los procesos y sus implicaciones energéticas, que acaba repercutiendo en el uso de las materias primas y la preservación del entorno. Todo ello morbosamente aderezado de normativitis. De todas maneras, si nos quedamos con el rigorismo de una observancia centrada solo en la sostenibilidad corremos el peligro de perder mucho equipaje, del que también interesa, en el camino. Seguramente la arquitectura debería ser más sostenible, pero principalmente debe, imperiosamente, ser arquitectura.
¿Qué importancia tienen los concursos para jóvenes arquitectos en su carrera profesional?¿De qué otra forma pueden darse a conocer los arquitectos noveles?
Los concursos son una trampa y una ruina, y ello se amplifica en el caso de los arquitectos jóvenes. De lo que sí sirven es de entrenamiento, facilitan el que los equipos se planteen situaciones e intenten resolverlas con propuestas. En el horizonte, siempre, una tan engañosa como efectiva posibilidad de triunfo. ¿Cómo podrían darse a conocer los arquitectos noveles? Pues con concursos que hicieran honor a su nombre. No sería seguro que ganaran, pero sí tendrían más posibilidades.
Dentro de su agencia tienen el LAB, un equipo de personas que trabaja en ideas creativas sin saber si después se llevarán a cabo. ¿Qué importancia tienen la investigación y la innovación en el desarrollo de proyectos posteriores?
Con LAB nosotros denominamos la estrategia que seguimos para poder investigar y desarrollar con libertad proyectos ja realizados en parte, o mejorar respuestas a preguntas que alguien nos haya formulado o prepararnos para las que aun no han sido formuladas. Los proyectos no se inician de cero, la investigación y la innovación son como un entrenamiento, como una pretemporada constante, paralela al trabajo cotidiano, que evita la cara de póquer ante cuestiones inesperadas.
Por último, un consejo para los futuros estudiantes: ¿Qué cualidades (capacidades, motivaciones…) debe tener un “buen arquitecto”? ¿Qué les recomendaría para que consigan terminar los estudios con éxito?
Actitud, esa es la palabra, el sentimiento, la disposición personal fundamental. En este sentido tenemos que ser más americanos que europeos: ganas de hacer, entusiasmo y un absoluto desprecio por el ridículo. Seguramente con una cierta dosis de inocencia, que siempre viene asociada con la capacidad que tiene el entusiasmo de ver en donde no hay. Dame actitud y moveré el mundo.